sábado, 4 de enero de 2020

Un regalo especial

 Él se pasaría toda la noche trabajando y ella, mientras tanto, pergeñó un regalo picante. Un body de encaje, unas medias con liguero, un sombrero rojo rematado con una borla blanca.

Luego, con el lento paso de las horas, la espera en el salón se eterniza, con las luces tenues, los dulces preparados, el calor de la chimenea...

Recostada en el sofá, entre aburrida y adormilada, su mano cae a la altura de la cintura, lo echa tanto de menos...

Primero una caricia y luego otra... Cuántas ganas... Y este hombre que no llega, así hasta que la mano bucea por debajo de esa pieza de encaje y roza, acaricia, pellizca e incluso en leves momentos algún dedo penetra. ¡Uff!, sin querer encuentra el ritmo y su respiración se agita levemente, luego rompe ese placentero compás para volver a empezar y eso la excita, acelera sus dedos y ohhhh.

Se convulsiona, abre y cierra las piernas, sonríe.

-Nicolás, cuánto estás tardando hoy, mi amor -susurra.

Feliz Navidad.

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